La clave es la herramienta, no el proveedor

“Nos da miedo depender de una sola persona. Si la cosa va mal, nos quedaríamos tirados”.

Hace pocos días me encontré casi con la misma afirmación en dos entidades diferentes. Ambas contaban con un profesional externo de referencia que les mantenía el sitio web y las dos tenían la sensación de que no era una buena opción: en un caso las peticiones tardaban mucho en hacerse realidad; en el otro había perspectivas de cese de actividad. Las relaciones con los proveedores pueden no ser fáciles, pero a veces no las enfocamos correctamente.

Del profesional autónomo a la multinacional, pasando por una pequeña empresa o incluso un voluntario, cualquier proveedor que hoy está mañana puede que no esté. En este sentido, pues, mi recomendación es: de acuerdo, busquemos uno que nos dé confianza pero, sobre todo, dotémonos de herramientas que, llegado el caso, puedan pasar de mano en mano con toda la facilidad que sea posible.

Un caso típico es el del sitio web corporativo. Será mejor optar por un gestor de contenidos libre con una potente comunidad de expertos detrás, que no por un gestor propietario del proveedor sin la garantía de que podremos disponer de él (cosa que no suele ser frecuente) si se acaba la relación. Por contra, si un voluntario nos ha desarrollado un web en Joomla, Drupal o Wordpress, por citar algunos ejemplos bien conocidos, seguro que el día que nos abandone no nos será difícil encontrar alguien que se pueda encargar de él.

PS. Dear Scott Adams, I promise I tried to embed the strip from your website but the HTML provided didn’t work properly. Hope you don’t mind it! ;-)

7 comentarios en “La clave es la herramienta, no el proveedor”

  1. Virginia ha dicho:

    07 Sep 10 - 15:18

    Bueno, Jaume, esta vez, como parte interesada (mi papel de proveedor) no puedo estar totalmente de acuerdo contigo. Dices por una parte grandes verdades: Efectivamente, cualquier proveedor que esté hoy, mañana puede que no esté. Eso es innegable. También es cierto que el hecho de que la tecnología que este proveedor haya utilizado pueda ser fácilmente utilizable por otro proveedor en un futuro también ayuda.

    Pero ante eso, creo que es más importante elegir bien nuestro proveedor que poner el foco en la tecnología. Hay que intentar elegir nuestro proveedor con cuidado, según nuestras necesidades, y exigir de él ciertas garantías.

    Por ejemplo, cuando yo no estaba en la parte interesada (la de proveedor) sino llevando el área de comunicación de una ONG, exigí un contrato a mi proveedor web (que, por otra parte, no pusieron ninguna pega en firmar) en el que se decía que mi ONG era propietaria del CMS (gestor de contenidos) y toda la tecnología asociada, código fuente, etc. Supongo que para un proveedor que venga después puede ser difícil trabajar con algo no desarrollado por ellos, pero seguramente no será imposible.

    Por una parte, entonces, se puede uno cubrir las espaldas y atar bien las cosas. Pero por otra, y más importante, creo que es fundamental elegir bien al proveedor no desde una aproximación tecnológica, sino por otras muchas razones: sus conocimientos, sus trabajos previos, las referencias que tengamos… su trayectoria, su calidad y su reputación. Un proveedor no solo debería ser alguien que te proporciona la tecnología, sino alguien que te soluciona un problema.

    Además, haces una afirmación ” si un voluntario nos ha desarrollado un web en Joomla, Drupal o Wordpress, por citar algunos ejemplos bien conocidos, seguro que el día que nos abandone…”, que en mi opinión es un poco temeraria. De verdad me parece que un buen proveedor marca la diferencia entre una buena web o una web escaparate. Y que, si de verdad es un buen proveedor, la tecnología no va a ser problema

  2. Jaume Albaigès ha dicho:

    07 Sep 10 - 16:28

    Virginia, creo que estamos prácticamente de acuerdo en todo lo que dices (¡yo también soy proveedor, recuerda!). De hecho, me remito al post “13 ideas para una buena relación entre las ONL y los proveedores TIC” que escribí el año pasado y que encontrarás enlazado más arriba en el texto. Concretamente, creo que los puntos del 2 al 5 de aquel post reflejan perfectamente lo que tú dices: confianza, experiencia previa, reputación, etc.
    Fíjate que, sin embargo, todas estas cuestiones (e incluso una que yo no mencioné y que me parece muy relevante como la de la propiedad final del producto, que haces bien en recordar) las puedes aplicar a cualquier proveedor: a priori una multinacional no tiene por qué generarte más confianza que un freelance y viceversa. Lo que sí es cierto, creo, y les sucede a muchas organizaciones, es que a menudo quedan cautivas o huérfanas del proveedor de turno (sea del tipo que sea) y que en estos casos el haber optado por ciertas herramientas o tecnologías puede ser vía de salida suficiente para cambiar de proveedor sin dramáticas consecuencias (volver a empezar de cero). En ningún caso he querido decir que, elegida la tecnología, cualquier proveedor sirve. Por supuesto que los hay mejores y peores. Lo que yo quería resaltar en este caso es que lo que había fallado en las entidades que me suscitaron el artículo no era la elección del proveedor (de hecho, antes del cese de la actividad del mismo estaban encantados con él) sino la tecnología y el producto usado por el proveedor.
    El único punto donde sí discrepo es en tu frase final: “Y que, si de verdad es un buen proveedor, la tecnología no va a ser problema”. Un proveedor puede ser muy buen proveedor de la tecnología que domina y no serlo para nada de otras. Por lo tanto, la tecnología sí puede condicionar al proveedor. E incluso en no pocos casos el mejor de los proveedores puede ser incapaz de dar soporte a una herramienta hecha por un tercero (¡hay cada engendro de sistema corriendo por ahí!).
    Y por cierto, podría mostrar trabajos hechos por voluntarios que les dan mil vueltas a los de supuestos especialistas cobrantes. De todo hay en la viña… ¡Gracias por matizar y profundizar!

  3. Jaume Albaigès ha dicho:

    07 Sep 10 - 16:31

    Virginia, olvidé mencionar que la confianza entre proveedor y cliente es clave y por eso encabecé el post con esta tira de Dilbert que me parece genial: sin confianza nada es posible.

  4. Virginia ha dicho:

    08 Sep 10 - 7:16

    Gracias a tí por molestarte en explicarte. Parece que estamos de acuerdo en lo fundamental.

  5. David Sánchez ha dicho:

    12 Sep 10 - 0:58

    Estoy de acuerdo en que el software de código abierto aporta seguridad y libertad al cliente, ya que no existe un insalvable factor de “lock-in” (aplicación comercial cerrada). Partiendo de esa base las relaciones cliente-proveedor se basan en la confianza, el proveedor debe alinearse con los objetivos del cliente, formar parte de su equipo de trabajo y aportar su conocimiento experto y las mejoras prácticas del sector.
    Y si no hay buena comunicación, debemos esforzarnos por el bien de todos en llegar a un acuerdo para traspasar el servicio a otra empresa/freelance que asuma esta nueva etapa.

  6. Jaume Albaigès ha dicho:

    13 Sep 10 - 11:39

    David, gracias por tu comentario. Creo que todos estamos de acuerdo en que la relación entre entidad y proveedor es un factor importante. Y creo que también coincidmos en que, llegado el caso de tener que cambiar de proveedor, ciertas opciones tecnológicas pueden hacernos el traspaso más sencillo que otras. ¡Está bien esto de alcanzar consensos! ;-)

  7. masticable » Titulares ha dicho:

    26 Sep 10 - 8:34

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