¿Y si los voluntarios decidieran pasar de las organizaciones?
En las últimas semanas se me ha presentado con fuerza la necesidad de reflexionar sobre los nuevos modelos de voluntariado, sobre la relación entre voluntariado y organizaciones sociales, etc. y todo esto a la luz del mundo 2.0 que nos rodea.
Algunos inputs: el muy sugerente artÃculo Organizados, pero sin las organizaciones (Francis Pisani, El PaÃs, 24/04/2008), descubierto vÃa FIAP; las reflexiones de Jordi Duran en el Foro Alternative Channel; la aparición del nuevo web MicroVoluntarios promovido por Fundación Bip Bip; etc.
Los profesores de ESADE Josep M. Lozano y Àngel Castiñeira ya hicieron una interesantÃsima reflexión sobre voluntariado y compromiso en el contexto social actual en el artÃculo Derrota sutil (La Vanguardia, 16/03/2006, vÃa AY).
Y es que, efectivamente, el clamor de muchas organizaciones que tenÃan en el voluntariado uno de sus pilares fundamentales para lograr sus objetivos es la dificultad para conseguir fidelizar a los voluntarios de nueva hornada. De alguna manera, es más sencillo reunir mil voluntarios un solo dÃa que mantener un voluntario durante mil dÃas.
De todos modos, en esta entrada quiero hacerme una pregunta que no va relacionada estrictamente con la capacidad de fidelizar de las organizaciones, sino con una cuestión previa y quizás incluso más crÃtica. ¿Qué pasarÃa si los voluntarios decidieran “pasar” (trabajar al margen) de las organizaciones?
En el mundo de la Internet 2.0 cualquier persona, incluso sin demasiados conocimientos técnicos, es capaz de poner en marcha una iniciativa de movilización ciudadana, de acción popular o reivindicativa, etc. y puede conseguir, si usa bien sus contactos y las herramientas a su alcance, un eco y un éxito potencialmente importantes en relativamente poco tiempo. Si esto es asÃ, ¿por qué esta persona deberÃa querer ampararse en la estructura de una organización para conseguir los mismos resultados?
Pagar una cuota, asistir a reuniones, esperar que no sé quién tome no sé qué decisión, etc. Una organización puede llegar a ser un mecanismo lento, altamente ineficiente y burocratizado que no convenza al activista del siglo XXI, un activista que busca impactar en el mundo y, a la vez, hacerlo de una forma emocionante, sintiéndose protagonista.
Delante de este panorama, ¿cómo reaccionan las organizaciones? ¿Qué pueden hacer o qué deberán hacer? ¿Qué valor añadido aportan a sus miembros potenciales en relación al activismo, la movilización y la transformación social que estos podrÃan ejercer de forma autónoma, auto-organizada o informal?
Sin desarrollarlas en profundidad, apunto algunas ideas:
1. Valores que las organizaciones deberán capitalizar naturalmente:
1.a) Fundamentos / experiencia: la acción social no es una moda ni una cuestión superficial. La deben mover principios firmes, hace falta conocer bien aquello que se quiere combatir, promover o cambiar.
1.b) Solidez / prestigio: el reconocimiento de una trayectoria es un activo valioso a la hora de animar y atraer nuevos miembros voluntarios.
1.c) Continuidad / perseverancia: la acción social no puede depender de voluntades pasajeras. El cambio real es un reto de largo recorrido que requiere compromiso y presencia cuando los vientos soplan a favor y cuando no lo hacen. Los grupos excluidos o vulnerables siempre necesitan atención y apoyo.
2. Estrategias e iniciativas que las organizaciones no deberÃan olvidar:
2.a) Agilidad / reacción / dinamismo: en un mundo dónde las cosas pasan deprisa, hace falta estar al dÃa, siempre en guardia, para aprovechar las oportunidades, para liderar los procesos. ¿Quiénes son las personas clave de las organizaciones que se encargan de ello?
2.b) TIC, TIC, TIC: todo se cuece en un terreno de juego donde la tecnologÃa no es, evidentemente, una finalidad en sà misma, pero sin duda es el medio decisivo. Tomando prestada una idea del Manual de uso del blog en la empresa de Alberto Ortiz de Zárate, conseguir que la gente te venga a ver es difÃcil, hace falta ir donde está la gente. Y añado, para rematar: sólo la tecnologÃa nos llevará allÃ. Y repito la pregunta de antes: ¿quiénes son las personas clave de las organizaciones que se encargan de ello?
Todo esto deberÃa contribuir a que las organizaciones, pese a algunos defectos y limitaciones, siguieran siendo el espacio natural de la acción social (y tuvieran el reconocimiento adecuado) o que, cuando menos, no se vieran debilitadas excesivamente en su capacidad de transformar la realidad a corto, medio y largo plazo.
Pau ha dicho:
20 May 08 - 22:15je,je… és una bona hipòtesi…..
Si els voluntaris passessin de les organitzacions actuals….. al poc temps, crec que la pròpia dinà mica de fer les coses i la necessitat d’organitzar-se en les activitats, els portarien a crear noves organitzacions… el repte seria preguntar-se: com de diferents serien de les actuals?…
De fet, no deixaria de ser una forma d’evolució de les pròpies organitzacions no lucratives, no?…
Abraçada,
Pau
Jaume Albaigès ha dicho:
25 May 08 - 11:56Hola Pau,
). Desde este contexto en el cual estamos ahora, posiblemente caminamos en paralelo hacia diferentes escenarios coexistentes. Uno podrÃa ser este que tú describes, basado en un nuevo modelo de organización, que sin duda serÃa interesante empezar a estudiar, pero también veo otros como el de las iniciativas efÃmeras, que aparecen, obtienen un cierto apoyo e impacto para desaparecer rápidamente (o quedarse en un estado de marginalidad o inactividad).
Gracias por el comentario (¡ya era hora!
TecnolONGia » Arxiu » Microvoluntarios.org, perduts al ciberespai?Microvoluntarios.org, ¿perdidos en el ciberespacio? ha dicho:
05 Ago 08 - 0:01[...] La idea em va semblar genial i, a més, m’arribava en un moment en el qual jo reflexionava sobre les noves formes de voluntariat a la llum del fenomen 2.0. No m’allargo en explicar el funcionament de MV, que per això hi ha el mateix web i molts blogs que en parlen. Prefereixo, en canvi, llençar algunes preguntes i a veure si aconsegueixo cap resposta. [...]
Plataforma del Voluntariado de España » Archivo del weblog » ¿Y si los voluntarios decidieran pasar de las organizaciones? ha dicho:
16 Oct 08 - 10:34[...] Lee el artÃculo completo en TecnolONGia. [...]
la broma | ¿Y si lxs voluntarixs decidieran pasar de las organizaciones? ha dicho:
16 Oct 08 - 10:36[...] Lee el artículo completo en TecnolONGia. [...]
Plataforma del Voluntariado de España » Archivo del weblog » ¿Y si los voluntarios y las voluntarias decidieran pasar de las organizaciones? ha dicho:
16 Oct 08 - 10:39[...] Lee el artÃculo completo en TecnolONGia. [...]
Miquel Coll d'Alemany ha dicho:
23 Oct 08 - 10:30Ja el vasig enviar ahir. Què ha passat?
Miquel Coll d'Alemany ha dicho:
23 Oct 08 - 10:57Torno a provar. En el mercat de treball van sorgir fa temps les agències de caçatalents perquè hi ha un segment de professionals molt preparats que se seleccionen millor amb aquests intermediaris.
Vaig pensar que també en el “mercat del voluntariat” hi ha un problema semblant: un directiu que es jubila i vol seguir treballant com a voluntari en el tercer sector no sap com trobar la vacant en la que encaixi be i en la que s’aprofiti una part rellevant de la seva experiència com a executiu.
A això respon la creació de “Dynamis, associació catalana per a la dinamització del tercer sector social i cultural” (www.dynamis.cat). Estem doncs a l’altre extrem de MV, però també donem molta importà ncia a les TIC (en la nostra associació tota la comunicació entre els socis i la direcció és fa per via electrònica, em suprimit el correu postal…)
Miquel Coll
pedro telleria ha dicho:
27 Jul 11 - 12:08Un artÃculo muy interesante, Jaume. Efectivamente, me llama la atención cómo algunas ONGs clásicas están perdiendo la capacidad de atraer y fidelizar voluntarios. Les sobra burocracia y jerarquización, y les falta agilidad, modernización (TIC) y apertura de puertas. A menudo sigue existiendo ese concepto de que un voluntario está para pegar sellos y montar stands de feria, sin plantearse que suelen ser personas de muy alta motivación y nivel intelectual.
Esto genera un gran equÃvoco en la opinión pública, ya que el grueso de la sociedad asume que las ONGs están formadas sobre todo por voluntarios. Y las propias ONGs a menudo alimentan ese equÃvoco haciendo gala de la existencia de voluntarios, cuando son pocas las que realmente se focalizan en las contribuciones de los mismos.
Por otra parte, muchos voluntarios prefieren organizaciones ya existentes, ya que necesitan referencias ideológicas, profundizar en los conocimientos (habitualmente no son expertos en los temas que les interesan, sino sólo principiantes), y una cosa tan humana como compañÃa y socialización. No es tan fácil montar un mundo por tu cuenta, ni siquiera en Internet.
Asi pues, mi conclusión es que sigue existiendo un espacio para voluntarios en las ONGs clásicas, pero esto exige una revolución en las formas de participación de los mismos. El tema seguirá dando qué hablar…
Jaume Albaigès ha dicho:
27 Jul 11 - 12:17Hola Pedro, gracias por tu comentario y bienvenido a TecnolONGia. Estoy completamente de acuerdo en que existe un espacio para el voluntariado en las ONG, es más, creo que sigue siendo el espacio de referencia para ello. Lo cual no implica que, tal y como propone el artÃculo y como tú mismo comentas, no debamos lanzar señales de alarma para evitar que las ONG se descapitalicen del perfil de voluntario más autónomo y proactivo (y probablemente más formado), perfil que cada vez incluirá a más gente.
pedro telleria ha dicho:
27 Jul 11 - 22:35Veo que te ha sorprendido que haya añadido este comentario a un artÃculo del 2008 (de hecho, no me habÃa dado cuenta de la fecha), pero es que me interesa mucho el tema de evolución del perfil de voluntario. También te acabo de añadir un comentario en un artÃculo reciente sobre estrategias comunicativas. Y ambos tienen algo en común, que es la percepción de la existencia de ciertas tensiones internas dentro de muchas ONGDs grandes, probablemente debido a la gran y rápida evolución de estos últimos años. Tensiones tales como el presumir de voluntariado, cuando a menudo no existe una idea clara de que hacer con ellos. O como de hablar de comunicación externa cuando falla la interna. O de renunciar a hacer programas asistenciales por considerarlos pasados de moda, sin conseguir explicar (ni posiblemente entender) cuáles son esos nuevos programas. Asà como del problema de haber pasado de ser la plasmación de la generosidad de una sociedad opulenta a ser un mendigo más en busca de dinero para sostener su propia estructura dentro de una sociedad empobrecida y desorientada.
Jaume Albaigès ha dicho:
27 Jul 11 - 22:53Pedro, te compro tus argumentos… a medias. Comparto contigo el desequilibrio en grandes (y no tan grandes) organizaciones entre el esfuerzo que se dedica a las comunicaciones externa e interna y lo que ello implica en cuanto a dificultad de integrar entorno a una narrativa común a todas las personas involucradas en el dÃa a dÃa de la organización. Pero creo que la “renuncia” o, mejor, la superación del asistencialismo (no solamente en ONGD también en ONG de acción social) está reflexionada y bien reflexionada y tiene que ver con la voluntad de trabajar en la transformación de las causas de la injusticia más que en paliar sus consecuencias. Sà es cierto que comunicativamente el mensaje pierde fuerza ante buena parte de la sociedad porque deja de apelar a elementos más emotivos y se focaliza en aspectos más racionales (lo cual para mà es positivo, desde luego).
PS. Copio parte del comentario para responderte en el otro artÃculo.
pedro telleria ha dicho:
01 Ago 11 - 0:42Estoy de acuerdo con el principio de que las ONGDs debÃan superar el planteamiento de trabajar en labores puramente asistencialistas, tal como se hacÃa hace años. En aquella época, era incluso corriente escuchar frases tales como que las ONGs “no nos metemos en polÃtica”. Pero creo que el discurso se ha ido hacia el otro extremo, y tampoco creo que sea algo adecuado. Entre otras cosas, porque las cosas no son blanco o negro, la realidad tiene peculiaridades propias, y a menudo es difÃcil distinguir qué es un proyecto asistencial y qué no lo es. Además, tengo la percepción de que la evolución ha sido más del discurso que del contenido, a menudo las descripciones de proyectos se adaptan a los requisitos supuestamente correctos del momento y al vocabulario en uso en ese instante.
Por otro lado, ¿qué tiene de malo realizar proyectos asistenciales? Alguien los tendrá que hacer, digo yo. Además es necesario para las ONGDs tener un buen conocimiento de la realidad del terreno, realidad que pueda permitir el argumento de participar en la identificación y lucha contra las causas de la pobreza. Es decir, creo que no hay que ir de un extremo al otro, sino saber combinar ambas cosas, de forma creativa, y sobre todo según las prioridades de la otra parte.
Pensemos por un momento en el análisis de impacto. A menudo las ONGDs vamos por el mundo con un discurso un poco prepotente, de que estamos aquà para cambiar el mundo, y que somos capaces de hacerlo. De acuerdo con el “para”, pero no creo que sea realista decir que somos “capaces de hacerlo”. Nuestra capacidad es muy limitada. Asà pues, muchos proyectos que pretenden alzarse con un bienintencionado objetivo de combatir las causas de la pobreza o injusticia no consiguen tener impacto a medio/largo plazo. Me dirás que lo mismo ocurre con proyectos asistenciales, pero la asistencia es al menos un valor en sà mismo mientras existe.
Y, por cierto, los proyectos asistenciales no han desaparecido, sino que han aumentado. Ahora les llamamos urgencias humanitarias, y estamos viviendo el lanzamiento de una, la del Cuerno de Africa. Simplemente, la vestimos con un nombre distinto, más acorde con los tiempos. Y, ojo, a mà me parece bien que se lance esta campaña, porque la situación por desgracia es la que es.
Pero sobre todo, mi argumento es que esta discusión es a menudo una simple discusión académica, de adecuación del discurso a los argumentos y vocabulario de cada momento. Ni los proyectos han cambiado tanto, ni la diferencia entre asistencial o no asistencial es tan clara. Y, sobre todo, dejemos al terreno elaborar sus propias prioridades, y mi percepción es que suelen proponer una combinación de ambas.
Haces una mención muy interesante sobre argumentos emocionales y argumentos racionales, de cara a la comunicación con la sociedad. También creo que aquà hay que hacer un “mix” entre ambos. Era preciso – y se está consiguiendo – superar los argumentos lacrimógenos y saber plantear un discurso de siglo XXI sobre relaciones norte-sur, e integración de sociedad civil en un contexto global. Pero también hay que apelar a emociones, porque los seres humanos nos movemos por emociones. Volvamos al ejemplo del Cuerno de Africa. Por un lado, tenemos la profusión de fotos e imágenes desgarradoras, y creo que es desgraciadamente necesario. Pero por otro lado hay que reforzar el discurso (i.e. campaña “Crece” de Oxfam, concienciación sobre Cambio Climático, etc). Y aceptar contra-argumentos tales como que una gran parte de la culpa la tienen los propios somalÃes, por su guerra civil (argumento que combina racionalidad y emocionalidad).
De todas formas, mi discusión original estribaba en que todos estos argumentos están sin aclarar dentro de las propias ONGDs, lo que tú tan correctamente describes como ” dificultad de integrar entorno a una narrativa común a todas las personas involucradas en el dÃa a dÃa de la organización”. Si se produce esa dificultad dentro, ¿cómo no se va a producir una aún mayor confusión comunicativa en el exterior?
Jaume Albaigès ha dicho:
02 Ago 11 - 23:16Pedro, a modo de sÃntesis creo que podemos concluir que “asistencial” no es lo mismo que “asistencialista”.
pedro telleria ha dicho:
03 Ago 11 - 10:47Perfecto!! Cambio y corto.